No son sólo las incertidumbres climáticas, por el aumento de un grado de la temperatura media del planeta, que en el año 2022 se acercará peligrosamente a los dos grados. Ni la comparación con los impactantes paisajes de Canadá, sede de las actuales Olimpiadas, que pueda suponer una merma a la grandeza de los Pirineos. Las contradicciones de la propuesta de Aragón son estructurales, se tambalea por coja e “insostenible”, al fallar el tercer pilar básico del Movimiento Olímpico: el de la sostenibilidad.Desde hace décadas Jaca y otras zonas de la comarca están implicadas en un desarrollo urbanístico desmedido y sin criterio. Mientras, las viviendas sin habitar sobran por todas partes, las redes urbanas se extienden hacia las montañas, se amplían las estaciones de esquí, que se financian con más viviendas, que a su vez requieren amplios aparcamientos y más infraestructuras.
Se propugna insistentemente la construcción de una travesía central a través los Pirineos, sin tener en cuenta que la cara norte francesa es toda ella Parque Nacional. En el lado español apenas existe el pequeño Parque Nacional de Ordesa. Son escasas las zonas protegidas, y así se fomenta la extinción de especies, (el bucardo se extinguió hace unas décadas y al oso pardo pirenaico si no se toman medidas inmediatas le quedan unos pocos años). Un viaducto sobre el río Aragón arruinará el paisaje de la zona norte de la ciudad de Jaca, que tiene una conservación del todo natural hasta este momento. Este viaducto formará parte de la autovía de los Pirineos, que va a atraer a todo el tráfico pesado del Cantábrico al Mediterráneo y potenciará aún más si cabe el urbanismo en la zona.
Cuando Aragón y Jaca sean capaces de superar éstas y otras muchas contradicciones, podrán ser dignos candidatos a unas olimpiadas de invierno. Entre tanto tienen la ocasión y el tiempo de aprender ahora, en Canadá, y en las próximas sedes olímpicas, el respeto al medio ambiente, el uso sostenible de los recursos, la exaltación de sus culturas, sus tradiciones y su rica biodiversidad; y aunque todo esto no fuera más que una cuestión de marketing, aun así, es la elección que se debe tomar, con o sin olimpiadas.
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Sacado de: www.lafranja.net