Un montón de cosas que no encajan

Estos días de inactividad en el blog ha ido creciendo en mi cabeza una serie de dudas sobre cómo está desarrollándose el gasto público en Aragón (orientado especialmente a la parte norte). Leo varias noticias que me ponen de una mala leche y me pregunto si quien  gestiona nuestro dinero es un mono, un pulpo (como el de los mundiales) o, sencillamente, un inútil. La clase política se ha convertido en un odiado sector de la sociedad. Disminuyen sueldos, aumentan la edad de jubilación, quitan las ayudas a los parados, pero ni se quitan sus sueldos vitalicios, ni se ponen sueldos de 1000 euros (para que vean lo que es vivir con eso en este país) y la cosa sigue cayendo. Se siguen viendo casos de mangoneo, gastos desorbitados, y entre tanto seguimos viendo como algunos individuos quieren hacer juegos olímpicos, expos, tranvías, etc, mientras las ratas campan a sus anchas por las facultades y las obras sin finalizar de las carreteras se desmoronan por las lluvias y el abandono.Mientras vemos el desolador paisaje de las obras de las carreteras pirenaicas abandonadas a su suerte, aparece esta interesante noticia que, como siempre, salpica a Aramón y al dinero público:

El aeropuerto de Huesca pierde 4,2 millones tras transportar este año a 6.368 pasajeros

Yo creo que no hay que ser experto para ver que si ya el aeropuerto de Zaragoza no va boyante… ¿a quien se le ocurre abrir un aeropuerto en Huesca? Pues claro, a Aramón para traer esquiadores en avión desde Galicia o Reino Unido. Desconozco lo que pagará esta gente pero viendo que en Francia (a unos minutos de Formigal) esquiar cuesta casi la mitad… ¿qué tipo de esquiador coge un avión y paga un dineral por esquiar? Precisamente no están los tiempos para esos gastos, pero aquí se sigue malgastando el dinero.

¿Qué se puede hacer con esos 4,2 millones de euros cada año? ¿Terminar la Yebra – Fiscal? (23 kilómetros de carretera comenzados en 2003 y supuestamente inaugurado en 2008, sin fecha límite de finalización, porque los políticos dicen que a finales de 2011, pero yo no veo máquinas trabajando), ¿terminar el Monrepós? ¿hacer un hospital en Aínsa? ¿ayudar a empresas que están cerrando? ¿aumentar los contratos de los trabajadores del Parque Nacional de Ordesa? Se pueden hacer tantas cosas… pero no, se monta un aeropuerto cuyas cifras de uso son, ante todo, escalofriantes. Ahí van:

• Por las instalaciones de Reus, con un déficit similar, pasan más de 1,7 millones de viajeros cada año (poor Huesca pasan 6.368)
• Entre los más deficitarios de la red de los 47 que pertenecen a Aena.
• Una plataforma que funciona menos de 30 días al año con vuelos entre enero y abril para traer esquiadores a las pistas del Pirineo
• Los 4,2 millones de euros servirán este año para transportar a 6.368 pasajeros. Haciendo cuentas salen a 659,55 euros por viajero
• Por cada 2 viajeros se podría pagar un sueldo mensual a un parado, hasta llegar a más de 3000 personas
• Solo Madrid-Cuatro Vientos, el aeropuerto más antiguo de España que ya se ha decidido clausurar, está por debajo de esos 6.368 viajeros por año
• En Albacete, que es el inmediatamente superior a Huesca, las pérdidas son de 2,17 millones de euros, casi la mitad. Y sin embargo, el número de pasajeros, con 15.127, es más del doble que el de Huesca.

En fin, creo que no hay mucho más que decir. Ampliando un poco las miras hacia Aragón o España, ahora mismo lo que me pasa es que no sé si llegaré al mes que viene, pero cuando veo en las noticias que nombran a un nuevo ministro, no me viene a la cabeza si será bueno o malo, lo único que me viene a la cabeza es que ese tipo (o tipa) ya tiene un sueldo PARA EL RESTO DE SU VIDA. No pienso nada, nada más. Lo mismo cuando veo a un presidente o a un alcalde (que no sé si tienen sueldo vitalicio, pero sé que han apañado para conseguirlo, por ejemplo ampliando con 400 millones de euros unas pistas de esquí hasta su pueblo).

Mientras veo todo eso, ni terminan las carreteras que yo uso, ni siquiera me ponen un contenedor amarillo. Pero dinero para malgastar sí que hay… ¿cómo se come eso?