El pico de Aspe es conocido también como Pico de la Garganta de Aísa y algún otro mapa lo renombra en aragonés como Punta Esper. Sin nieve es una zona kárstica, de roca viva y paisaje lunar. Con nieve todo cambia, las simas se tapan y resulta una atractiva ascensión tanto por su cara sur (desde el final de la carretera de Aísa) como por la norte, desde Candanchú. Lo único que hay que asegurar es que no haya riesgo de avalanchas, ya que se asciende por 2 tubos por los que se canalizan los aludes. Por lo demás, tras llegar a la brecha de Aspe, si la nieve está helada, es recomendable calzar crampones. No fue este mi caso ya que la noche anterior nevó unos 4 dedos y pude alcanzar la cumbre con los esquís calzados. Los últimos metros, con gran ambiente a ambos lados, hay que hacerlos con cuidado.
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