Mucho antes de que la fotografía se masificara, muchísimo antes de que al Pirineo se llegara en automóvil por carreteras asfaltadas hubo una serie de exploradores, llamados «de lo cotidiano» que dedicaron buena parte de sus vidas a fotografiar la vida y los valles del Pirineo, tarea bastante más difícil que hoy en día, dado lo voluminoso y pesado de aquellos equipos fotográficos de principio del siglo XX.
Ricardo Compairé Escartín (1883-1965) nació en Villanúa (Huesca) el 5 de Noviembre de 1883. Estudió Farmacia en la Universidad de Barcelona. Trabajó como práctico de Farmacia en Boltaña y fue nombrado titular de la de Hecho en 1908. En Jaca conoció al fotógrafo y realizador cinematográfico Antonio Tramullas quien le informaba acerca de las novedades y particularidades fotográficas. En 1921 llega a Huesca como farmacéutico. Fundador del grupo excursionista Peña Guara, incansable viajero, cámara en ristre, fue muy conocido entre las gentes del Pirineo, quienes decían que era más fácil verlo haciendo fotografías que en la farmacia.
Rara fue la fotografía tomada como instantánea por dos razones, por las exigencias técnicas de su voluminoso equipo, cámara Thornton Pickard de placas 13×18, y fundamentalmente, porque gustaba de elaborar las tomas concienzudamente.
Su obra depositada en la fototeca de la Diputación Provincial de Huesca asciende a 4.000 placas agrupadas en los siguientes temas:
1. Vistas panorámicas y paisajes
2. Arquitectura e interiores
3. Escenas de costumbres, actividades laborales y oficios artesanales
4. Trajes y tipos populares, y retratos
5. Bodegones y utensilios domésticos
6. Reportajes de ferias, mercados, Samana Santas y fiestas
7. Grupos étnicos
La obra de Compairé es exhibida en exposiciones y publicaciones por la Diputación provincial de Huesca.
Durante las décadas de 1920 y 1930, Ricardo Compairé desarrolla una gran actividad encaminada a la puesta en valor del paisaje humano y social del Pirineo oscense. Ingresa en Turismo del Alto Aragón (Sindicato de Iniciativa y Propaganda ), del que sería presidente en 1935. Fue el principal artífice de la unión con el Club de Montañismo Peña Guara (que había nacido en 1932). En 1934, con los cincuenta años cumplidos, subió con una expedición de este mítico club al Aneto (3.404 m.), caminando desde Benasque y haciendo noche en el Refugio de la Renclusa. Ricardo Compairé fue un adelantado de su tiempo, ya que se dió cuenta de que las costumbres, los trajes, los oficios se extinguían y quiso dejar de todo ello un recuerdo imborrable. Meticuloso en su trabajo, era capaz de estar una semana en un lugar para lograr la instantánea que buscaba.
La Gran Enciclopedia Aragonesa define a Ricardo Compairé como «pionero de la fotografía aragonesa». En 1929 se presentó con una colección de fotografías de Ansó y Echo a las Exposiciones de Barcelona (Gran exposición Internacional) y Sevilla (Exposición Iberoamericana), consiguiendo en ambas el primer premio. En la actualidad, se conservan cerca de 4.000 negativos fotográficos suyos, muchos de ellos en placas de cristal de 13×18 cm., en el fondo adquirido por la Diputación Provincial de Huesca.
Lucien Briet, aunque de origen francés, tiene mucho de oscense; no en balde sus obras y su contacto con las tierras altoaragonesas así lo acreditan.
Es un escritor ameno y un gran andarín por el Pirineo Aragonés, del que fué un extraordinario divulgador de sus bellezas. Muy especialmente lo fueron las de Ordesa, valle que conoció en el año 1891.
Briet dedicó muchos de sus escritos a estos temas, que fueron recogidos en tres libros por el Museo de los Pirineos de Lourdes. Así pues, son destacables sus trabajos sobre el Macizo de Marboré, Peña Montañesa. Sierra de Guara, desfiladero de Entremón, Gargantas del rio Vero, valle de Vió, rio Flumen, El Salto de Roldán, Bielsa, diversos barrancos y cuevas, … y especialmente su libro ‘Bellezas del Alto Aragón’, que se publicó en Huesca en el año 1913, y del que se hicieron varias ediciones, siendo la primera en el año 1977. En este libro describe sus andanzas por Ordesa, valle del Ara, Escuaín, Bielsa, Mascún, e incluso menciona el ámbito espeológico del Pirineo calizo. Su obra está dedicada a Huesca ‘por el amor a sus gargantas, barrancos y montañas’.
Su atención al Alto Aragón y especialmente al macizo de Marboré, se inscribe dentro de una tradición del pirineismo francés de exploraciones cartográficas, científicas, montañeras y pre-turísticas, que va de Ramond a Schrader. Su labor debe de ser sumada a la de otros autores, cuyo trabajo conjunto supone una importantísima aportación al conocimiento preciso de la cadena montañosa.
En su momento, la obra de Briet tuvo una gran eficiacia divulgadora y desde luego, contribuyó a que se tomara conciencia de proteger la naturaleza en Ordesa, ya que promovió la idea de la creación del actual Parque Nacional.
Sus escritos fueron más conocidos en Aragón que los de otros compañeros y compatriotas suyos, que ocasionalmente trataban nuestras montañas con más rigor. Todavía hoy, la obra de Briet constituye un valiosísimo testimonio de los paisajes pirenáicos en los momentos en los que su autor los recorrió. Se le sigue recordando cariñosamente como ‘El Cantor del Valle de Ordesa’. Casi un siglo después, cuando se lee su obra, sorprenden tanto la certera y detallada descripción de los lugares que relata, como el apoyo gráfico de multitud de fotografías de una excelente calidad, teniendo en cuenta que son instantáneas del principio del siglo pasado. La contemplación de estas últimas, para el conocedor de los parajes, con bastante frecuencia, transmiten un agradable sentimiento de nostalgia ….
Mas información sobre su obra: www.dphuesca.es sección Fototeca del Altoaragón.
Francisco de las Heras nació en Torre de Valdealmendras (Guadalajara) en 1886 y fallece en Jaca (Huesca) en 1950.
Se estableció en Jaca en 1910 para asociarse con la viuda del fotógrafo Félix Preciado, que acababa de fallecer. El año anterior lo había pasado en el estudio zaragozano del Coyne. Montó en el número 30 de la calle Mayor el primer estudio con luz natural en 1923.
A diferencia de la mayoría de fotógrafos españoles y extranjeros que retrataron el Pirineo a principios de siglo (Lucien Briet, Ricardo Compairé …), De las Heras fue el único que vivió permanentemente en la cordillera y que fue capaz de ejercer antes de notario de la realidad cotidiana que de artista y antropólogo. Formaba parte del paisanaje de Jaca del primer tercio de siglo y, quizá por ello, su obra nunca trascendió de lo local, pero la amplitud de sus conocimientos le permitieron obtener distintos premios, participar en la Exposición Universal de 1908, desenvolverse con soltura en toda clase de técnicas y aparatos, en un amplio campo que abarca el retrato, el fotorreportaje, el paisaje o la fotografía industrial, y desarrollar una brillante actividad con imágenes de las que cabe resaltar sus buenos encuadres, el movimiento de personas y vehículos, la profundidad y nitidez, el uso de la luz y el manejo de la nieve.
Sus iniciativas empresariales le llevan a expandir el negocio hacia la tarjeta postal, en pleno auge en la época, de la que resulta verdadero pionero en el Altoaragón y un consumado maestro.
Bibliografía.- Francisco de las Heras: una mirada al Pirinieo. – Jaca: Pirineum.